jueves, 10 de marzo de 2011

La Ley de la Atracción

Cada vez es más habitual encontrar gente que toma conciencia de que somo nosotros mismos los que atraemos todas y cada una de las situaciones y circunstancias que moldean nuestra vida. Sin embargo, tomar conciencia verdaderamente de que aquello que mantenemos en la mente lo atraemos a nuestras vidas, resulta un trabajo mucho más complejo de lo que en un principio puede parecer.

Esta ley universal, que de entrada podría parecer fantasiosa, se cimenta en una base científica y sencilla, aunque a pesar de ello sigue siendo una creencia que está ahí para quien desee y decida tomarla en cuenta.
Todo en el universo en el que nos encontramos, el agua, el aire, las rocas, nuestra ropa, nuestras casas y vehículos, nuestros familiares, nuestro propio planeta y el resto de astros y estrellas, están formados por la misma materia. Átomos, pequeñas moléculas que sólo dependen del modo que tienen de agruparse para dar cuerpo a una cosa u otra. Y esta materia, ya forme parte de la criatura más minúscula y microscópica hasta la roca flotante en el universo más gigantesca, se encuentra en un constante e ininterrumpido movimiento circulatorio, empujado por un impulso gravitatorio que influye en cada uno de esos átomos de forma permanente. Nosotros mismos, nuestra sangre y piel, y nuestro cerebro, está constituido de esa misma materia y, por supuesto, se mueve y vive del mismo modo. A base de impulsos eléctricos y un centro de gravedad que le sirve de canal.

Una vez sabemos esto podemos ser conscientes de que dichos impulsos eléctricos, es decir pensamientos y deseos de todo tipo, crean un campo gravitatorio a su alrededor como absolutamente todas las demás cosas que nos rodean y nos componen. Podemos decir entonces que la ley de la atracción puede definirse como: Lo que mantienes en tu mente lo atraes a tu vida.

¿Cómo ponerlo en práctica?

Pese a la simpleza del concepto, no es una tarea sencilla el ser totalmente dueño de nuestra capacidad para decidir qué cosas queremos atraer y cuales no, aunque en realidad es algo que hacemos constantemente cada día y a cada momento.
Lo verdaderamente complejo y sobre todo en los tiempos que corren, es ser capaces de comprender que, absolutamente todo, y esto quiere decir que todo ya sea bueno o malo, para nosotros o para los demás, todo lo que pensamos lo atraemos. Vivimos en un mundo en el que las prisas y la preocupación, los problemas cotidianos y diarios, las adversidades y contratiempos, parecen dominar nuestras vidas y nos dejamos llevar por todas ellas. Toman la dominación total de nuestra existencia y así nos lo devuelve la ley de la atracción. La preocupación es en mayor medida el primer obstáculo que encontramos para hacer realidad nuestros deseos más profundos e importantes, ya que entorpece el funcionamiento correcto de la atracción. Y por correcto comprendemos "cosas buenas", ya que hay que saber que la ley de la atracción no entiende de bien ni de mal, tan sólo responde de forma constante a nuestra actitud mental y a nuestros pensamientos.

Es por tanto de vital importancia mantener la mente despejada y vacía de pensamientos negativos. El pesimismo, la frustración y la nefasta idea que puede tener una persona de si misma son los causantes de que la ley de la atracción haga girar constantemente estos tres conceptos y hacerlos nítidos y reales. La persona que decida poner en práctica su capacidad subconsciente de manejar su vida y lo que llega a ella, debe comprender que, en el mundo químico de los impulsos eléctricos y de su mente, no debe quedar rastro de pensamientos negativos ni preocupación, ya que le serán devueltos de forma continuada.

Existen numerosos ejercicios de relajación que comienzan aflojando el cuerpo físicamente para que después la mente se encuentre receptiva. Una vez hayamos desechado todos los pensamientos negativos, se hará un ejercicio para entrenar la mente a construir pensamientos más positivos y constructivos. Esto puede no llevar más que unos minutos, ya que el resultado final de relajación y positivismo es posible mantenerlo intacto durante todo el tiempo siguiente que se desee.

¿Qué debe pasar por nuestra mente?

El poder del subconsciente es ilimitado. Y debemos ser conocedores de ello y creerlo. Muchas personas limitan el pensamiento de sus deseos porque los consideran exagerados o inalcanzables, mas no saben que de este modo limitan el trabajo positivo de la ley de la atracción, entregándoles precisamente lo que piensan: éxitos bajos y mediocres en el caso de mantener la mente positiva, aunque limitada.
La persona debe entender que absolutamente todo en su mente es posible. No hay situaciones     inalcanzables ni metas imposibles. En nuestra mente ocurre todo aquello que deseemos. Obtenemos todo lo que queremos. Logramos todas y cada una de las metas que nos proponemos. 
Cuando se haya conseguido romper esta limitación que nosotros mismos nos ponemos con la errónea creencia de que debemos controlarnos en un terreno cuadriculado y "realista", se podrá empezar a poner en práctica el lado positivo de la ley de la atracción. Una vez conseguido esto podemos proceder a crear pensamientos del siguiente modo:

  • Conduce tu mente de forma positiva, creando y generando pensamientos agradables que te resulten estimulantes. Recuerda que no debes tener miedo de pensar. Todo es posible en tu mente y tu subconsciente se encargará de hacerlo realidad.
  • Comienza a investigar qué aspectos de tu vida quieres mejorar. Haz una lista mental, con tranquilidad y tomándote el tiempo que necesites, de todos y cada uno de los puntos que quieres descartar para ti y tu vida, y sustitúyelos por la mejoría, por todas aquellas cualidades que querrías tener y que sabes te irán bien.
  • Desecha frases y enunciados negativos. No te fustigues ni te retes a ti mismo a conseguir cosas. En lugar de decir: "Debería ser más feliz porque si no, no conseguiré mi propósito", di: "Soy feliz. Ahora y en este momento, y voy a conseguir mis propósitos."Por ejemplo: cuando decimos ''no voy a llegar tarde'' creemos que estamos enviando ese mensaje al universo para que nos lo conceda, pero la ley de la atracción no comprende el ''no voy'', comprende el concepto ''llegar tarde'' que es lo que nos estamos repitiendo constantemente, y es eso mismo lo que nos va a dar, ''llegar tarde''. Por eso es importante que las frases sean positivas y los conceptos sean los que buscamos. En vez de decir lo que no queremos, debemos decir lo que sí queremos: ''Voy a llegar temprano.''
  • Imagínate a ti mismo en una situación que deseas, u obteniendo algo que ansías, como si estuviera ocurriendo en ese mismo momento. Imagínate ganando o consiguiendo al fin esa meta y alégrate por ello. Siéntete al fin victorioso e imagina que realmente está sucediendo, y recuerda que nada puede impedirte obtener todo aquello que deseas. Todo lo que quieres lo tienes, y te sientes satisfecho, realizado.

La capacidad de soñar despiertos e imaginarse en situaciones que no están ocurriendo en ese mismo momento, pero pensarlas como reales, es una constante en la vida de los infantes y  niños. La capacidad de usar nuestra mente de esta forma productiva y positiva se pierde a lo largo del crecimiento y los años, porque se nos enseña a encasillar la ''realidad palpable'' de los sueños infantiles. Hay que saber que constantemente estamos atrayendo todo lo que mantenemos vívido y nítido en nuestra mente, y que somos la sintonía vibratoria de nuestras creencias más profundas. El preocupado y pesimista atraerá a su vida constantes situaciones que le mantengan en esa línea. Mientras que el optimista que llene su mente de pensamientos tranquilos y prósperos, mantendrá el éxito y la felicidad que desea constantemente a su lado. 
Una vez somos capaces de comprender lo poderoso de nuestro subconsciente, nos toca simplemente desear de verdad lo que queremos tener, llegar a ser.

Ayudas adicionales

Respira y repite, las veces que quieras a lo largo del día en el momento que desees y siempre que lo necesites:
La felicidad está en mi. Nada ni nadie puede quitarme este don que por justicia me corresponde. Debo ser, y soy feliz. Ahora, en este momento.

Y que la paz, la tranquilidad, la salud, el bienestar físico y mental, y tus más profundos deseos y aspiraciones estén siempre contigo.